miércoles, 7 de enero de 2009

Memoria e historia. Una experiencia metodológica para una sociología de la memoria.

Se transcribe un fragmento de la ponencia de Elisabet Almeda Samaranch y Dino De Nella integrantes del Grupo Copolis "Bienestar Comunidad y Control Social. Departamento y Análisis de las organizaciones. Universidad de Barcelona.

"En las últimas décadas del siglo XX, el uso de las historias y los relatos de vida como un instrumento de análisis social introdujo nuevos elementos para reordenar el discurso político, jerarquizando a los protagonistas y sacando de su lugar preferente a las élites de poder. La primacía de los estudios cuantitativos (series de precios, salarios, conflictos, etc.) fue cediendo terreno a favor de los estudios más cualitativos. Sin embargo, los primeros documentos que se incluyeron a la "legitimidad científica"de las fuentes oficiales fueron los archivos de carácter privado o personal anteriormente excluidos, permitiendo así a los historiadores sociales “estudiar las condiciones de las clases subalternas, de las mujeres, de las formas de oposición política durante el fascismo o de la discriminación de los judíos” (Montesperelli, 2005: 27). Estos otros archivos pueden comprender cartas, biografías y autobiografía, diarios personales y otros documentos "no oficiales" de la época como los papeles de familia, los cuadernos genealógicos, los registros domésticos, las cartas, las notas, etc.. Posteriormente las biografías de los grandes personajes que han protagonizado hechos cruciales de la historia comenzaron a utilizarse. Se trata de informadores e informadoras privilegiados del objeto histórico observado, por estar éstos muy próximos, y tener en muchos casos un contacto directo con el fenómeno estudiado. Sin embargo, en este ámbito biográfico la novedad en los últimos años es el interés creciente por las biografías y los relatos de la vida de las personas anónimas que también vivieron el pasado reciente. La comprensión de estos testimonios no se agota en una primera aproximación, sino que son depósitos de experiencias que guardan gran cantidad de datos que se irán desvelando en un futuro, cuando se renueven los temas de interés o cuando la investigación futura requiera nuevos contrastes de fuentes. Al mismo tiempo, la literatura, a través de novelas de época, permite acercarnos de manera directa y sencilla a los matices del pasado. A pesar de provenir del mundo artístico y desde perspectivas parciales y subjetivas, en especial de la literatura y en forma más reciente del cine, estas fuentes también nos pueden trasladar a tiempos pasados -tal vez con menos rigor científico pero a menudo con más intensidad y relieve- y pueden servir de fuente de información, especialmente de difusión masiva, de hechos del pasado. Las novelas actuales sobre el pasado reciente se parecen al caso de los testimonios reales, en el hecho de que desde una subjetividad manifiesta y explícita nos acercan a una época o a un proceso social que puede ser mostrado, entendido, transmitido y registrado de mejor manera en la memoria colectiva que a partir de la historiografía y los documentos oficiales.
Hay otras fuentes con diversos grados de aceptación, pero en todos los casos con un creciente grado de interés y consideración por la información que ofrecen, aunque no provengan de fuentes oficiales. Hablamos de las fotografías, los videos (de producción cada vez más democratizada), los carteles publicitarios y propagandísticos, los documentos gráficos, el cine, la televisión, las músicas, los periódicos, etc. Una categoría especialmente relevante de registro audiovisual la forman los documentales, tanto de la época -con mucho más peso historiográfico- como los posteriores, de variada credibilidad, rigor científico y social. El costumbrismo y la vida cotidiana -que puede llegar principalmente a través de los registros fotográficos o literarios-, el estudio de cómo vivía la gente, los tipos de casas, la distribución de sus espacios y los muebles, las fiestas mayores, los encuentros familiares, las modas, los vestidos, las comidas, entre otras expresiones del acontecer cotidiano, contienen también indirectamente –y a menudo muy directamente- un alto valor informativo para la observación sociológica del pasado reciente."


De esto se trata el trabajo que estamos realizando con el Grupo de Estudios Históricos, por eso solicitamos a todas las personas de Basavilbaso y la zona que colaboren con las entrevistas, facilitando escritos, lecturas de los trabajadores del riel, fotografías, objetos de uso de los obreros ferroviario para hacer un archivo digital de todo ello. De esta manera nos ayudarán a reconstruir el pasado reciente de nuestros pueblos.

A quienes deseen contar con el material completo, dirigirse a gehla43@yahoo.com.ar colocando sus datos completos, profesión, su relación con el tema y la utilización que le dará al material.

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